Orientación en Venezuela

PROSPECTIVA DE LA ORIENTACION EN VENEZUELA EN EL MARCO DE LA REFORMA CURRICULAR.

(Hacia el Congreso Mundial de Orientación y Asesoramiento. Noviembre del 2000.)
Lic. Ricardo J. Carrillo O. (*)
1999


Los propósitos del plan del Ministerio se orientan a mejorar la calidad de la acción educativa y la eficiencia de la gestión, así como garantizar la igualdad en relación con los sectores mayoritarios que acceden a la educación. Para ello se establecen tres políticas a seguir; la transformación de las prácticas pedagógicas, la generación del cambio institucional para la modernización del sector educativo y la corrección de los desequilibrios sociales internos del sistema.
La reforma curricular se inserta en este plan como una creación propia de las líneas estratégicas propuestas para lograr la transformación educativa.

El sentido profundo de la reforma se fundamenta en la formación integral de la persona. Esta reforma está concebida desde la tranversalidad en su modelo teórico-metodológico, considerando los siguientes cinco ejes transversales: Lenguaje, Desarrollo del pensamiento, Valores, Trabajo y Ambiente.

Los ejes transversales son temas recurrentes que van a permear cada área académica y se van a concretar desde el punto de vista metodológico a través de los proyectos pedagógicos de aula.

En la reforma educativa nos encontramos con una educación basada en "valores", la cual ha de promover cambios significativos que propicien la formación del ser humano que de manera crítica, practiquen como norma de vida: la libertad, la tolerancia, la solidaridad, la honestidad, la justicia, el respeto a la vida, la convivencia y la identidad nacional

En el currículo básico nacional el eje transversal Valores contempla los valores señalados como dimensiones, que el docente podrá observar en sus alumnos, mediante la presencia en sus vidas de algunos indicadores que van a reflejar si lo están interiorizando o no. Para internalizar un valor es necesario que se dé una identificación del "yo" con su mundo exterior.

El orientador/a desde esta perspectiva ha de propiciar una relación de ayuda que facilita en el educando experiencias vitales, a partir de su realidad social, económica, política y cultural de la sociedad en la cual él se desenvuelve; a fin de sensibilizarlo para que su comportamiento refleje los valores y deseche los antivalores, contribuyendo así a la formación de verdaderos ciudadanos aptos para el ejercicio real de la democracia.

En este orden de idea uno de los grandes avances de la reforma educativa emprendida en nuestro país, radica en el gran sentido humanístico que subyace en ella: educar integralmente a la persona, educar para la vida, es el espíritu que impregna todo, el diseño curricular, integridad que supone abordar todas las dimensiones del alumno.

En este contexto, las políticas educativas plantean principalmente la transformación de las prácticas pedagógicas, lo cual alcanza su concreción en los proyectos pedagógicos de plantel y los proyectos pedagógicos de aula.

Desde este enfoque el proceso de orientación ha de tomar al alumno como protagonista, quien le da sentido y significación a los conocimientos que enfrenta; con miras a favorecer su desarrollo integral creando condiciones favorables dentro del ámbito educativo, para que él mismo alcance, mediante estímulos adecuados y la acción programada, el mayor desarrollo posible de las distintas facetas que configuran su personalidad.

De acuerdo a lo anteriormente expuesto, el orientador tiene que aprender a encarar los nuevos desafíos y cambios que propone la reforma curricular, al concebir al hombre como un ser integral y susceptible de cambio, desde una perspectiva holística con derecho a desarrollar todas sus potencialidades.

El orientador como asesor debe centrar su atención en el ser humano, como persona que necesita un medio favorable para autorealizarse. Debe propiciar que los alumnos se propongan metas próximas, específicas y desafiantes, tratando así de proporcionarle una retroalimentación que le oriente, con el fin de lograr reconocer y confirmar sus logros y en consecuencia generar estrategias de autorefuerzo personal.

Dentro de esta concepción humanística el proceso de orientación debe promover la formación de un estudiante y posteriormente un profesional con capacidad para autodirecionar su aprendizaje de tomar decisiones autónomas, y resolver los problemas de adaptación dentro de su contexto socioeconómico y cultural.

Fuente: Lic. Ricardo J. Carrillo O. Cursante de la Maestría en Educación. Mención Orientación Universidad de Carabobo.

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